La historia detrás de 3 de las pirámides más grandes de México


1. Pirámide del Sol

La Pirámide del Sol es el emblema de Teotihuacán, la Ciudad de los Dioses. Sus 65 metros de altura permiten verla incluso a muchos kilómetros de distancia. Esta pirámide tiene una antigüedad de casi dos mil años y se cree que fue ensamblada sobre un montículo natural de roca maciza.

Aunque es una de las pirámides más visitadas de México, aún guarda muchos misterios que no han permitido confirmar su propósito ritual. Sin embargo, el hallazgo de una escultura dedicada al dios del fuego, así como algunas estelas asociadas con el mismo, han reforzado la hipótesis de que la pirámida se encuentra relacionada con el astro rey.

Debajo de la pirámide existe un túnel de más de 100 metros de largo que conduce a una especie de caverna o bóveda natural. Aún se está investigando cuál es el vínculo simbólico entre esta caverna y la pirámide.

Para ascender a la cúspide de este templo se deben subir un total de 260 escalones. Si dividimos este número entre cinco, el resultado es 52, un número sagrado que se asocia con el mito de los cinco soles y a la duración de cada uno de los ciclos solares que culminaban y reiniciaban con el nacimiento del sol en la ceremonia del fuego nuevo.


2. Pirámide de Cholula

La Gran Pirámide de Cholula es la estructura prehispánica con mayor superficie en Mesoamérica con 450 metros por cada lado. Estaba dedicada a Tláloc, dios de la lluvia, y fue construida sobre un montículo natural al que se fueron superponiendo los diferentes niveles de la pirámide a medida que esta se iba agrandando.

La ciudad de Cholula fue un punto importante en las rutas comerciales del centro de Mesoamérica. Fue habitada por diferentes culturas, siendo los toltecas y posteriormente los mexicas quienes la llevaron a su máximo esplendor. Esta ciudad también fue un importante bastión militar para los aztecas en sus continuas guerras contra los tlaxcaltecas y en ella se planeaba aniquilar a los españoles antes de que llegaran a Tenochtitlán; sin embargo, la Malinche logró poner en alerta a Hernán Cortés al descubrir los planes mexicas.

Después de la conquista, los españoles construyeron en su cima la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, misma que aún está en funciones. Durante los trabajos de exploración los arqueólogos abrieron un túnel que atraviesa la pirámide y que hoy puede recorrerse como uno más de los atractivos del lugar.


3. Pirámide de Toniná

La Pirámide de Toniná en Chiapas es considerada la más alta de las halladas hasta el momento en México. Mide 75 metros de alto, superando a la Pirámide del Sol por casi 10 metros y tiene una antigüedad estimada de más de 1700 años.

Lo más impresionante de este edificio es que era un espacio multifuncional, pues en cada una de sus siete plataformas se encontraban templos, palacios, recintos administrativos e incluso espacios habitacionales. Era como si la pirámide fuera una pequeña ciudad. Este tipo de estructura y su distribución no se han visto en ninguna otra región maya.

Toniná rivalizo con Palenque y se cree que aquí fueron hechos prisioneros los hijos de Pakal El Grande. Esta fue, sin duda, una de las ciudades mayas más poderosas del sureste mexicano.


Fuente: https://matadornetwork.com/es/las-6-piramides-mas-grandes-de-mexico/ 

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